Plantilla de artículo 2013
Andean Geology 51 (3): 562-563. Septiembre, 2024
Andean Geology
doi: 10.5027/andgeoV51n3-3775
IN MEMORIAM

CARLOS PÉREZ DE ARCE RAVEAU (1947-2024)
45 años de dedicación a la Geocronología
Álvaro Puig G.1

1 José Zapiola 7530E, La Reina, Santiago de Chile.
alvaropuigg@gmail.com

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El viernes 26 de julio del presente año, con profundo pesar despedimos a Carlos Pérez de Arce Raveau (1947-2024; Ingeniero de ejecución en electrónica), después de una larga enfermedad que lo mantuvo fuera de toda actividad académica, técnica y social. Pocos años antes se había jubilado (año 2015) de su querido laboratorio de Geocronología del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) con la gran esperanza de hacer una vida fuera de las obligaciones laborales con su esposa Patricia y con sus nietos e hijos (Pablo y Matías), sin aún conocer lo que le esperaba para sus días de júbilo. Corriendo el año 2023 fue invitado de honor a la inauguración del XVI Congreso Geológico Chileno, realizado en Santiago desde el 26 de noviembre al 1 de diciembre. En aquella oportunidad me manifestó que ya no estaba en condiciones de participar del evento, y que le transmitiera al comité organizador sus más sinceros agradecimientos.

Por su labor, Carlos obtuvo en el año 2015 el premio Mente et Malleo otorgado por el Colegio de Geólogos A.G. al equipo que fundó el laboratorio Potasio-Argón de Sernageomin, por allá a finales de los 70, junto con un reducido equipo de geólogos que hicieron posible la inserción de esta herramienta que permite obtener la edad de una roca, lo que hizo subir un importante peldaño en el conocimiento de la geología nacional y de los Andes.

Con Carlos Pérez de Arce nos conocimos a mediados de los 70, cuando él, como estudiante del Politécnico de la Universidad de Chile, con la tutoría de la Escuela de Ingeniería de la misma universidad (UTEM en la actualidad) y yo estudiante de geología, nos juntamos producto de un tema técnico en el lugar donde él trabajaba. Él se ganaba algunos pesos como técnico, apoyando la investigación médica in vivo e in vitro que realizaba el Departamento de Medicina Experimental de la Facultad de medicina de la sede oriente (Hospital El Salvador).

En 1979, año en que el Instituto de Investigaciones Geológicas (IIG), con una gran visión de futuro decide instalar un laboratorio de geocronología por el método K-Ar, le comento a Carlos sobre el proyecto que debo realizar y lo invito a ser parte de este complejo programa. Por supuesto eran años complicados e inciertos, pues las autoridades del Estado querían cerrar el IIG arraigado como un instituto CORFO. No obstante, Carlos tomó los riesgos, confió en el proyecto y comenzamos a trabajar en conjunto en el proceso de diseño y construcción de todo el aparataje requerido, con solo un contrato a honorarios de escasa continuidad. Rápidamente nos hicimos amigos y compañeros de trabajo, situación que se conservó hasta sus últimos días. Nos continuamos viendo regularmente después de mi retiro de Sernageomin en el año 1988.

En todo este período Carlos fue un excelente celador del laboratorio. Se destacó su elevada rigurosidad científica, en especial en lo referido a los procesos analíticos. Con lo anterior, posteriormente al año 1988 (cuando me retiro de dicha responsabilidad), logró convencer a geólogos, científicos, técnicos, geólogos mineros o exploradores sobre los resultados obtenidos y la metodología empleada. Así fue como Carlos fue creciendo en conocimiento, y pudo ser capaz de enfrentar discusiones geológico-técnicas para aclarar los cuestionados resultados.

Pérez de Arce fue en todo momento un digno compañero de trabajo, siempre dispuesto a resolver los problemas con amabilidad y respetuoso del trabajo de otros. En su vida cotidiana, cálido y alegre, tanto con su familia como con sus amigos y vecinos. Le sobreviven su esposa, dos hijos y nietos, y todos sus amigos que lo echaremos de menos.